Hasta por debajo de la lengua le están dando a los ahora expriistas, expanistas y exemecistas tras adherirse a Morena para trabajar en favor de la virtual candidata presidencial Claudia Sheinbaum. Y es que están bajo los dos fuegos: el de los líderes de los partidos a los que pertenecían, que los acusan de desleales, traidores y malagradecidos, y el de los activistas del partido al que llegan, ya que los califican de lo peor. Si los diputados locales Ricardo Madrid, Cinthia Valenzuela, Conni Zazueta; asimismo, Maribel Vega, Marco Antonio Osuna, Gloria Himelda Félix, Jesús Valdés y otros más creyeron que iban a revivir políticamente al pasarse a Morena pues se equivocaron. Están en el peor del “descrédito político”.
Morena sale perdiendo, ya que aparte de la rebelión interna se “pegaron un quemadón” ante la sociedad. Y es que tanto que criticaron a los “priistas corruptos” y hasta compitieron en su contra en las pasadas elecciones y ahora los invitaron a participar con ellos. No hay vergüenza.
Si se fueron a Morena por candidaturas en el 2024 va a estar difícil que lo consigan salvo que los que mandan en ese partido les valga el sentir de los morenistas y les cumplan porque nadie cree que se hayan ido gratis.
Por ejemplo, los morenistas de Juan José Ríos ya la cantaron: no quieren a Marco Antonio Osuna, que quiere ser el candidato para convertirse en el primer presidente municipal de Juan José Ríos. Muy duro se expresan de él y de todos los que se pasaron a Morena. Circula un video en el que uno de los activistas de Morena en esa sindicatura les dice hasta lo que no. El problema es que ese sentir es generalizado en Sinaloa. Ante la reacción de las bases morenistas y el impacto negativo ante la sociedad la élite morenista tiene de dos sopas: no hacerlos candidatos, pero darles puestos en el gobierno estatal y en los municipales. O usarlos y desecharlos.