El presidente Andrés Manuel López Obrador se comprometió este domingo a que, antes de concluir su sexenio, enviará dos iniciativas de reformas en materia laboral, una de ellas encaminada a “revisar la contrarreforma” de pensiones aprobada en el gobierno de Ernesto Zedillo, cuando se estableció el sistema Afores.
En tanto, con la otra buscará que “nunca más” un ajuste al salario mínimo se defina con un monto que esté por debajo de la inflación, esto luego de recordar que durante el periodo neoliberal fue una tendencia los aumentos por debajo de la inflación, lo que ocasionó la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores.
Al encabezar esta mañana una ceremonia en conmemoración de los Mártires de Río Blanco, en el 117 Aniversario de la huelga de trabajadores que fue reprimida por el gobierno del entonces presidente Porfirio Díaz, el titular del Ejecutivo federal, así como el secretario del Trabajo y Previsión Social, Marath Bolaños, hicieron un recuento de las acciones emprendidas en el presente gobierno federal, entre las que destacaron el aumento del salario mínimo con un 110 por ciento de recuperación, así como la reforma laboral de 2019, entre otras.
Durante el acto en la ex fábrica textil de Río Blanco, en Veracruz, el mandatario expuso que “los neoliberales, que en esencia son neoporfiristas, quisieran que olvidáramos la historia”. Al recordar la huelga de Río Blanco, así como la respuesta de represión por parte del gobierno porfirista, López Obrador afirmó que, por el contrario, ahora hay una política laboral distinta, y expresó: “Al carajo con el neoliberalismo, al carajo con el neoporfirismo. No queremos la oligarquía, México no es país de unos cuantos, México es de todos los mexicanos, de todo el pueblo”.
Enseguida, insistió que durante el “todo el periodo neoliberal, 36 años, desde 1983 hasta que llegamos a finales de 2018”, el salario mínimo perdió poder adquisitivo de manera constante, “hasta que llegamos, por voluntad del pueblo, porque a nosotros no nos impusieron los de arriba, no nos impuso la oligarquía, no fueron los medio de manipulación los que nos llevaron a la presidencia de la República; a nosotros nos dio esa responsabilidad el pueblo de México, que es nuestro amo, nadie más”.
Dijo que en esas tres décadas y media en el periodo neoliberal, hubo una pérdida del poder adquisitivo del 70 por ciento, “en 1980, el salario mínimo alcanzaba para comprar 50 kilos de tortilla,y cuando nosotros llegamos a la presidencia apenas alcanzaba para 5 kilos. Hoy que hemos aumentado un 110 por ciento el salario, alcanza para comprar 10 kilos de tortilla, por eso debemos continuar con la misma política salarial”.
En su intervención, Marath Baruch Bolaños López, secretario del Trabajo, destacó que la política salarial del gobierno de México permitió pasar de 88 pesos a 2019 a 375 pesos en la frontera norte, y 299 pesos diarios en el resto del país, es decir un 110 por ciento de recuperación del salario mínimo.
A nueve meses para que concluya su gestión, el tabasqueño anticipó que enviará dos nuevas iniciativas al Congreso de la Unión en materia laboral. “Aquí hago el compromiso de que antes de que yo termine mi mandato voy a enviar una iniciativa de reforma al artículo 123 de la Constitución para que se establezca que nunca jamás más va a aumentar el salario menos que la inflación, nunca más”.
De igual forma, agregó: “Hago el compromiso con ustedes, me lo plantearon del sindicato de maestros y otros trabajadores: vamos a revisar la contrarreforma laboral de Zedillo, de las pensiones, y vamos a hacer una propuesta, porque es completamente inhumano, injusto, que un trabajador después de 30 años de estar laborando, cuando termina ni siquiera recibe, porque así está esa reforma su salario cuando estaba en activo, sino la mitad, si le va bien, de ese salario. Eso ya no va a continuar así, voy a a enviar también una reforma a esa legislación antiobrerista, esa legislación contraria a los intereses de los trabajadores”.
En el presente sexenio, además de la reforma laboral que definió la obligación de realizar proceso democráticos para la elección de los dirigentes sindicales, al inicio de la pandemia fue avalada una modificación al marco legal de las administradoras de fondos para el retiro (Afore), que redujo de mil 250 a mil el número de semanas de cotización, y aumentó las aportaciones de la patronal y del Estado.
Pese al ajuste, el presidente ha dicho en diversas ocasiones que “no está satisfecho” con los cambios y en octubre pasado señaló que podría ser la siguiente administración federal la que revierta el proceso de privatización de las pensiones, al referirse al caso de los trabajadores de la educación.